Adiós.

Ya deberías saber que cuando dejas alguien lo dejas y punto, desapareces de su vida, no dejas ni el mas mínimo rastro de tu presencia en su cuerpo, en su tiempo, en su esencia, en su alma, terminas con los planes, matas los sueños, las mariposas, le entregas a la persona las armas necesarias para que continué con coraje su vida, para que olvide tu indeseable recuerdo, para que no le queden ganas de buscarte mas. Cuando rompes a alguien lo rompes por completo, lo deshaces, lo destruyes, lo haces pedazos, no dejas ni el mas mínimo fantasma que pudiese matarte en las noches de remordimiento, le cierras todas las puertas, todas las ventanas, cada boquete que este abierto lo tapas bien para que no se filtre ni la mas mínima esperanza de un posible “regreso” de un posible “retorno”. Cuando disides despedirte de alguien le dices ADIÓS mirándole a los ojos sosteniendo lo que estas diciendo, ya no habrá vuelta de hoja, no habrá remordimientos, ni lagrimas. Procura terminar de una vez y por todas con el sentimiento, ponle punto final a la historia, por que no hay nada mas doloroso que dejar en la otra persona el sentimiento de un “tal vez, quizá, podrá. Asegúrate de no dejarla viviendo a medias, los buenos asesinos siempre dan el tiro certero, justo ahí, donde saben que mataran rápidamente a su victima, por que no hay mayor dolor que matar a un ser que te mira aun con amor.


Y si no lo haces así, déjadme deciros que sois unos egoístas, crueles, y que ojalá que el kharma os lo devuelva triplicado.