.

.

domingo, 19 de agosto de 2012

En invierno.

-¿Y qué harías tú,Christopher?-le preguntó casi con asombro?-.Si me entregase a ti,¿qué haría?¿me respetarías?
-¿Respetarte?-susurró él-.Mi dulce Erienne,¿cómo podría no hacerlo?Siempre estás en mis pensamientos,doblegándome, retorciéndome, tocando todas las fibras sensibles de mi mente. El hombre que hay en mí se estremece cada vez que estás cerca. Me corroe la agonía por sentir tu mano sobre mí en una suave caricia. Me vuelves loco de deseo y, si creyera por un momento que no me despreciarías para siempre, aliviaría la lujuria que me provocas esta misma noche, con tu consentimiento o sin él. Sin embargo, preferiría escuchar mi nombre en tus labios con cada palabra de amor y no con gritos de odio. Eso es lo único que te mantiene a salvo de mí, Erienne.Lo único.

No hay comentarios:

Publicar un comentario





Tu reflejo en mis ojos

Paulo Coelho.