¿La quieres?
─ Sí, bueno, ella es guapa.
─ ¿Eso es todo?
─ Eh... ¿qué más quieres que diga?
─ ¿Cómo que "qué más quieres que diga"?
─ ...
─ Yo no te pregunto si te gusta. Yo te hablo de amor. ¿Y tú me dices que
es guapa? ¿Guapa? No te estoy preguntado si te gustan sus labios
suaves, ni sus ojos chispeantes. No. Lo que quería que me dijeras, es
que la quieres.
Que te gusta todo de ella. Sus defectos, los peores.
El sabor de sus lágrimas cuando no puede más. El olor de su pelo cuando
la abrazas para besarla en el cuello. Y cuando yo digo la palabra amor,
no lo asocies con otro tipo de palabras, por favor. No me interesa saber
cuántas veces compartes noche con ella. No me interesa. Hay unas
palabras para hablar de ella, ninguna palabra que sea falsa. Ni una de
esas viejas palabras que hayas oído en algún cine. No así...
A veces no hay palabras. Sólo miradas. Gestos. Más miradas. Luego una
sonrisa. Que dura porque tienes tu mano puesta sobre su piel. Porque en
su bolsillo has encontrado un papelito que ponía 'Te quiero' mientras
ella se daba la vuelta. Porque los días pasan demasiado rápido cuando
ella está allí y cuando no quieres que se marche, porque no puedes
soltar su mano. No quieres. Y cuando piensas, pero no le dices, que cada
minuto sin ella es inútil.
E incluso cuando parece que no va bien. Cuando sus ojos se humedecen,
aparecen las lágrimas. En el momento de una discusión, cuando te lanza
palabras horribles, gritos de odio. Entonces perdónala. Y empieza desde
cero. Y dile, grítala 'te quiero'. Eso es el amor. No es un juego, es
demasiado peligroso. ¿Ves? De esto es de lo que te hablo
No hay comentarios:
Publicar un comentario